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Te ofrecemos muchos consejos para ayudar al niño a superar los celos que siente hacia su hermano pequeño, y fomentar entre ellos una relación de cariño y amor.

Decía el escritor y dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela, hablando de los celos en general que son “el delirio del instinto de propiedad” el niño en buena lógica, siente celos cuando se da cuenta de que las atenciones, los besos, las caricias, los mimos y las alabanzas ya los recibe en exclusiva, sino que el pequeño hermanito le arrebata buena parte de esos mimos, atenciones y cuidados.

 

El psicólogo y escritor Bernabé Tierno comenta: recuerdo que, en mi infancia, alguien me dijo delante de mis padres, haciéndose el gracioso: “¿Quién te va a querer a ti ahora?”. Y, antes de que me diera tiempo a reaccionar, mi padre me dijo: “te van a querer tus padres con el mismo cariño, hijo, y no hagas caso a lo que te dice este hombre, porque, a veces, como ahora, pretende hacerse el gracioso, diciendo idioteces”. No se si aquella reacción de mi padre, tan directa, firme y tranquilizadora para mi me curo de los posibles celos, pero jamás tuve celos de mis hermanos.

 

Mismas atenciones para los dos.

Lo primero que quiero dejar claro es que los padres deben estar atentos a que nadie de a entender al niño que, con la llegada de un nuevo miembro al hogar, el va recibir menos cariño.

 

Mi consejo es que los dos progenitores nunca estén centrando la atención en el más pequeño al mismo tiempo, dejando desatendido al mayor, y que, indistintamente, los padres se ocupen de los hijos, pero teniendo buen cuidado de que ninguno de los niños se quede relajado, como a un lado. Si vamos a dar la papilla al pequeño el mayor debe sentirse protagonista, porque colabora en preparar las cosas de alguna manera. Podemos hacerle probar la papilla, decirle que distraiga a su hermanita mientras come, etc.

 

Cada niño necesita su “ración personalizada” de atenciones, caricias, palabras de aliento, etc. Por eso, no es aconsejable que un niño presencie (sobre todo el mayor) los mimos y las atenciones que recibe el otro en exclusiva. Es distinto si, en forma de juego, le decimos al más pequeño: “vamos a darle besitos a tu hermano mayor, que tanto te quiere”. Y comenzamos por besar y acariciar al mayor, acercamos el rostro y las manitas del pequeño para que aprenda a demostrar cariño al hermano mayor, el cual querrá hacer lo mismo con el pequeño. Esto debe hacerse muchas veces para que el hijo mayor perciba que sus padres le quieren igual y que además su hermano ya empieza a demostrar cariño también, y a quererle.

 

El amor, el antídoto de los celos. Cuando mi nieto Alejandro comenzó a tener celos de su hermana Laura, que apenas tener unos meses, lo que hicimos fue cumplir al pie de la letra los consejos que te acabamos de dar, teniendo buen cuidado de que Alejandro siguiera sintiéndose querido, valioso y protagonista: el ayudaba y era necesario, siempre que mama y papa atienda a su hermana, pero, sobre todo, muy pronto experimento que Laura le tocaba su cara con las manitas, le sonreía y le besaba. Pusimos todo el acento en que Laura aprendiera a dar cariño a su hermano ahora siempre va detrás del y le requiere para todo y se llevan maravillosamente. No solo no han percibido que uno percibe más cariño, atenciones y muestras de afecto al otro, sino que, sobre todo, han aprendido a quererse entre ellos.

 

Ese “instinto de propiedad” de los celos al que se refiere Jardiel Poncela queda sin efecto cuando la persona que podía causar los celos (en este caso el niño pequeño) comparte cariño y atenciones por igual y, sobre todo, manifiesta de forma expresa su cariño por el hermano mayor. Darles amor por igual hacerles sentirse importantes, ganando y haciendo cosas juntas, y enseñarles a quererse y a demostrarse el cariño de hermanos son los más eficaces antídotos contra los posibles celos. Ser feliz con el otro, compartir alegrías, risas, y juegos con que te demuestra cariño, desarrolla el deseo de hacer feliz al otro y evita que los celos entre hermanos surjan.